Palabras, imágenes. Helado Flash …
Recuerdo las tardes que pasábamos trepando a los árboles y tomando los helados Flash que comprábamos en el quiosco de Rosa.
Buscábamos el árbol al que trepar, otros lo hicieron antes, porque aquellos clavos enormes que nos ayudaban sospecho que alguien los había colocado para hacer lo mismo, trepar al árbol.
Esta tarde, sentada en una de las terrazas al alzar la vista y ver este falso plátano, recordé las tardes que no íbamos a la playa y paseábamos por Ribeira, mientras el tiempo pasaba más rápido de lo que nos gustaría.
Tardes compartidas contándonos historias, exagerando, riendo y disfrutando de un contacto real, no a través de una pantalla o de un móvil inexistente -si algunos añitos tiene la que escribe- ese tiempo en el que éramos libres e interactuábamos de verdad, nos retábamos a trepar la tapia o subir al árbol que menos clavos tenía. Sí alguna caída que otra, pero caramba, como disfrutábamos no vivíamos en una falsa seguridad que parece que la tecnología nos ha dado.
Siento que de algún modo, cuando trepábamos, pese a los golpes, éramos niños y niñas mas sanos a muchos niveles, socializando de un modo real, agotados al volver a casa, felices o tristes, líder o seguidor, pero todos y todas formábamos parte de una pandilla que su máximo riesgo era no superar la prueba de la tarde siguiente y quizá pasar el bochorno de no haberlo logrado y si llegabas a tu hora a casa mucho mas contentos todos.
Creo que cuando trepábamos, todo era un poco más suave, nosotros éramos mas compasivos entre nosotros.