Siento como los alfileres desgarran la huella de los pasos.
Siento miedo de que mi sombra se aleje para siempre y deje el acerico vacío de tus huellas. Sangro. Pasos truncados.
Verano, hielo en la voz, caída libre al abismo del silencio. Soledad maloliente y pegajosa, sonríes y rasgas con tu filo el débil hilo, hálito de esperanza.
Necesito, necesito tanto de tu abrazo, cada día diferente sí, cada día nuevo sí, el olvido. Dolor interno, impregnado en miedo.
Sangra mi costado.
Te quiero decimos, desde lugares lejanos. Agarro con fuerza tus manos que me sostuvieron veinte añosa, ahora titubeantes por si yerras o hieres.
Siento como los alfileres desgarran la huella de los pasos.
A pesar de mí 
¡Joder!
¡Cuánta pena…!
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Ay Justo, es tan triste que a veces elevar la barbilla es ya un triunfo.. Pero no bajo los brazos y sigo en pié.
A seguir conociendo día a día a mi compañera de vida, que no es ya quien fue.
Abrazos
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Y, sin embargo, aún te produce todo el amor del mundo.
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Como hace veinte años, si pudiera me cambiaría por ella..
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Nooo. A ti te toca la parte difícil. La de llorar. Ella está feliz. En otro lado.
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Puede, pero no siempre. Llegará.
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Siempre te tengo en mi mente. No puedo siquiera imaginar por lo que estás pasando… Muchos besos y un fuerte abrazo.
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Ay Betty, no sabes lo bien que me vienen las risas compartidas.
Gracias por no salir corriendo cuando todo se complica y abrirme la puerta de par en par siempre.
Un abrazote.
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