Aprender a soltarme

Continuamos  con las primeras veces, el primer cumpleaños, aciago, revestido de negro y ausencia, el primer aniversario sin brindis.

Ahora las primeras navidades, estrenando fechas, compartidas a ratos, cuando el covid nos deje. Tendremos que esperar a ese 2022.

No quiero escribir desde el dolor y la ausencia, pero solo abrazo el vacío de tí, todo se siente así, cruel, duro, escupiendo un pasado que quizá nadie escribió.

Siento que una y otra vez las piezas de nuestra complicidad explosionan, se recomponen en un bucle tortuoso y voraz, de un pasado a este presente, una y otra vez.

Correré a tu lado, en cuanto pueda, asire tu mano, caminaremos juntas, porque no he aprendido a soltarme de tí.

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