Siento vértigo cuando sin más tropiezo con esa ilusión e intento despojarla de futuro, de dulzura, de amor y quizá.
Sin motivo me desperto tanteando sobre el colchón tu mano, tardo un segundo y corro a refugiarme en el silencio.
Si me despierta la soledad, abrazo y aferro tu ausencia omnipresente horadando mi costado e intento ahuyentarla, pero siento miedo de lograrlo.
La risa me deja lágrimas regadas de pasado cuando juntas reíamos hasta que dolía. Ahora busco recuerdos de aquellos, lo seguiré intentando.
A ratos, chapoteo en ríos salados, cuando me anego busco atropelladamente algo que me reflote, a veces solo el silencio, la quietud y el sollozo me dan un respiro.
En unas horas estaré a tu lado, cogeré tu mano y pasearemos juntas, mi mirada vagara por nuestra sombra a cada paso, mientras apretaré tu mano, sonriendo te susurraré no te cambio por nadie.
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