Así sin más.

Han pasado años desde aquella frase en aquel despacho de Montesa, sufre deterioro cognitivo precoz, esa frase se convirtió automáticamente en una enorme bola de las que se usan en demolición, me dejó en ruinas, todo lo arrasó desde el cerebro hasta los pies, solo era cuestión de tiempo saberme sola, intimamente sola, pero me aferro al pensamiento y el razonamiento de que está, estamos en conexión pese a lo demás.

Me siento como un signo de interrogación cuando me enfrento a esas preguntas que no quiero que me hagan, que no sé que responder ni desde donde hacerlo, desde la emoción pura me rompería en dos, desde los momentos compartidos. Con serenidad suelo responder afirmando en mi interior que cuanto más positiva sea la respuesta mas tiempo será verdad.

Siento que los días y los meses se empujan hasta saltar al próximo y así constantemente, pero, por alguna razón, no me molesta sentir como el tiempo se precipita. Sospecho que no me molesta porque en el fondo, tengo miedo. Tengo miedo de sentir la pérdida completa de esos momentos en que pese a todo, me sé reconocida, en los que podemos estar minutos mirándonos a los ojos sin necesitar nada mas, me aprieta el antebrazo y me sonrie. El paso del tiempo está provocando ciertos cambios ojala no fuera así pero lo es.

Como ella me diría, en ocasiones tengo una perpectiva cartesiana no lo comprendí del todo, hasta ahora, necesito sumar experiencias, atesorar momentos, atesoraré los buenos los malos no ayudan, al menos no me ayudan cuando están envueltos por el dolor, considero que nuetra existencia de compañeras de vida es porque está presente.

Ayer, pasamos una tarde maravillosamente tranquila en una cafetería, la sentía tan ahí, como es ella, tranquila, suave, afectiva, acariciaba mi mano mientras su mirada se perdía observando como la gente entraba y salía, los que se paraban, los que corrían o caminaban con prisa, la mamá que le dada el zumo a su hijo, su hijo estaba triste porque era gemelo y su mitad estaba en casa, me explicó cuando le comenté que parecia triste.

Cuando volví a su lado, con un nuevo zumo de naranja, me sentí reconocida en la emoción de ese niño, pero todavia lucharé para que la tristeza no es acomode, tenemos tiempo para compartir, pasear, le susurro te quiero y en ocasiones me mira con ojos pícaros y me besa, ayer me sorprendía cuando en la despedida le susurré quiero dormirme en tus pestañas me miró y dijo hazlo.

Momentos

3 respuestas a «Así sin más.»

  1. Joaquina, mucho ánimo, amiga. Sólo puedo decirte que, como sabes, yo pasé por eso y estoy absolutamente convencida de que ciertos instantes son claros para ellas, y reconocen, y están aquí. Recopilan esos momentos, los guardan y se van para volver al día siguiente a por más. Un abrazo fuerte

    Le gusta a 1 persona

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: