Me enseñaste a amar las palabras, jugar con ellas nos susurramos sonrisas y secretos.
Leernos, acariciarnos, pasearnos durante horas mientras susurrabas palabras.
Hoy ya sin susurros, me regalas gestos y sonrisas, para seguir paseándonos.

Añoro tu voz , en el eco de la mía.
Eres muy grande
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Iñaki!!, que bueno tenerte por aquí. Tenemos que vernos y disfrutar de un buen café con charla.
Un abrazo enorme.
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