
Me entretuve revisando las fotos, amontonadas, mezcladas, recuerdos de otra vida.
Invisible en las imágenes, el lamento del recuerdo.
Mamá con su primogénito, sin la pérdida de Lolosiña. Ojos alegres.
Ella y yo niña en un banco de La Toja, sobrevivió entonces.
Los que ya no están por los que nos sostienen hoy.
La niña que teje entretenida. Callada.
Mi hermana. Mi siempre ella.
Regalos de vida, los que llegaron y nos acompañan.
Esas navidades, esas fiestas. Las últimas de Papá.
En ellas, dolor que se mezcla con la alegría.
Dicotomía brusca.
Mirar las fotografías en algunos momentos es un reto. Nunca sabemos lo que vamos a sentir.
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Así es, mirarnos ahora, a los ojos de entonces. Gracias por tu comentario.
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