
Serena, tranquila y callada.
Tras el temporal la playa está despeinada, hasta el lugar donde empieza el camino. Duda si es un camino solo de ida o también de vuelta.
Los restos de algas se amontonan por todos los lados se lamenta, anteayer estaba tan suave y ordenada.
Un saludo breve y camina rápida hasta la orilla.
El sol que revolotea sobre el agua le molesta, cierra los ojos y percibe el intenso olor a brea.
Aprieta con fuerza los puños, rápida se adentra, tiembla.
El agua empapa su ropa, susurra a la arena que se marcha, para volver a volver.
En casa ellas duermen. Por ultima vez tranquilas y sin miedo.
Bonito poema. El mar siempre es fuente de inspiración. El mar.
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