¡Zas! Ahí estáis.

Cierto, quizá sea como decís, quise creer en su compromiso en sus mentiras, quizá les creí como personas honestas, sinceras y consecuentes. Herré no lo erais, estabais embestidos de máscaras falaces. Fue cuando la deslealtad embistió el bienestar y el cuidado, entonces te das cuenta de la certeza de las voces que susurraban “van disfrazadas” …

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