Amanecí chapoteando en lagos salados. Conduje sorteando charcos salados. Los suspiros intentaban secar la pena, no podían. El dolor de la pérdida me estrangulaba la garganta y devoraba el estómago. Subí el sonido de la música, para no recocerme sola, y ahogar los suspiros que con cada exhalacion me hacían sentir, más rota, más triste, …