
Ahora me siento sola mientras te miro a los ojos, mientras tus labios besan mis mejilla al tiempo que me preguntas cuando voy a llegar.
Ahora soy la que se deja caer empujada por un dolor insoportable.
Ahora soy la que arropar tu cuerpo, corresponde a tu sonrisa, acaricia tus manos, mientras camina sobre el precipicio.
Ahora soy la que necesita que la arropen, que me susurren que todo va a ir bien, que lograré volver a arroparte, besarte y asir tus manos, sin caminar sobre el abismo.
Ahora soy la que lucha por no salir corriendo a tu encuentro y quedarme ahí, junto a tí, el corazón roto no me permite respirar si precipito llegar a tu lado, no puedo, no podría acariciar tus manos sin sentir que la culpa me arrasa y crece el deseo de implosionar.
Ahora, cuando intento cerrar los ojos para intentar dormir, me enviste el dolor, la pena, la pérdida, hasta que de algún modo, la esperanza se hace un hueco en medio del silencioso grito de dolor, para susurrarme, poco a poco.
Ay, mi vida… ¡Qué jodidamente cuesta arriba!
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y tanto Justo…
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Pero ¿sabes? Todo va a ir bien.
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