Desde el principio, Estrella ha intentado una y otra vez que me comunicara, que hablara, mas, hacernos sentir familiares, pero siempre he sido reservada, casi silente. Recuerdo que bromeábamos continuamente, de esos momentos en los que los que cuando me decía <<Tenemos que hablar>> me cambiaba hasta el color de la cara… sí era divertido, ahora sé que habría sido mejor hablar, abrir mi corazón, mi dolor infantil y mis miedos.

Para ella, las palabras eran el único modo de materializar los pensamientos, crear ideas y sentir como el espacio-tiempo se paraba y se creaba la magia. Ahora soy yo a la que le gustaría pasar horas hablando, pero ya no es posible.
No intento flagelarme, no me lleva ningún lugar sereno ni compasivo.
Pero desde que he podido verbalizar Alzheimer y no desmoronarme, no romper en gritos de desolación, no sentirme aplastada por la pérdida, la palabra se ha hecho carne y he podido arrancar la sábana al fantasma que me ha perseguido estos últimos seis años y aunque sé que no hay magia, que no existe un remedio, que no hay un modo de retroceder, no quiero, ni deseo dar un paso atrás, la amo, la necesito, mi compromiso sigue en pie, el amor sigue en pie. Yo he logrado seguir en pie.
De algún sitio vas a sacar esa fuerza. Porque está en ti.
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Gracias Justo. Esa es mi gran esperanza!!
Un abrazo enorme.
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Bravo, prima!!! Me encanta, dd verdad.
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Tu si que conoces de primera mano lo difícil que es a veces para mí seguir en pié.
Gracias!! ❤️
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